Las palabras no vuelan

Para Moisés Heriberto Cortés Cruz

No te muevas
queda en silencio
suave y sempiterno
sonríe sin los labios
mueve la mano y llueve
moja la pluma y florece
con tu tinta de sangre
derramada en el suelo
anegada en el sueño
dedica al cielo una mirada
una pícara sonrisa
un golpe de timón.

Da unos pasos ciegos
pesados, pero raudos
desparrama tu belleza
bebe una copa
come, habla, canta
entra en la cocina
espía a la vecina
ríe y llora como nunca
ofrécele tu pecho al viento,
los pelos de tu barba
a la Osa Mayor,
saca la furia
sé irreverente
noble
combativo
roble
alternativo
carne de cañón
consuelo o regaño
cascarrabias o dulzura
simplemente sé…

Dibuja un pentagrama en el piso
abrazado al crucifijo
o niégalo todo:
Dios, Demonio, Marx, Morelos
destapa el baúl de los olvidos
revuelve corazones
haz humanos sacrificios
quítate el pantalón
muestra la tanga
enciende un habano
baila un danzón
ponte ese viejo disfraz
de canguro café
sonriente ante la adversidad
trabajador, editor
compinche y enemigo
secuaz y perdido
locuaz y arrepentido
lagrimita de tostón
el más maduro bolsón.

Sé lo que te dé tu pinche gana
viejo Moi
caballero de la bruma
sé lo que se te hinchen los huevos
menos una cosa
porque si eres eso
no lo perdonaremos.
Vuélvete oruga
estalactita, gárgola
pozole o un camión
pero nunca… ¡nunca!

¡Nunca seas el muerto!
Porque eso sería negar
de tajo y punto final
lo que eres bajo todo lo demás
más allá del dolor
más acá del amor
¡Eres poeta!

Y un poeta no se muere nunca
a sus palabras no se las lleva el viento
a un poeta no se le entierra o se le crema y ya
así que haz de ti lo que quieras
pero aquí te quedas
junto con tus letras

Tú no te irás
porque, poeta…
ya eres perpetuo

las palabras no vuelan.

Mácrom.